jueves, 13 de junio de 2013

La austeridad pone en riesgo la salud de los españoles y el futuro del sistema sanitario

 La austeridad pone en riesgo la salud de los españoles y el futuro del sistema sanitario. 

La cura de adelgazamiento va camino de matar al paciente. Los recortes del gasto público, que el Gobierno justifica pensando en el bienestar futuro, cuestan vidas. Un nuevo estudio publicado este jueves alerta de que la austeridad podría conducir al desmantelamiento de grandes partes del sistema sanitario y a un daño significativo en la salud de la población.
Los investigadores que analizaron la situación advirtieron de que si no se hace nada para revertir la tendencia, el país se arriesga a caer en una espiral de problemas sanitarios que podrían aumentar las enfermedades infecciosas como la tuberculosis y el virus que causa el sida.
El estudio, publicado en British medical Journal, contó con entrevistas con 34 médicos y enfermeras de Cataluña. Las conclusiones destacan un aumento de las depresiones, trastornos relacionados con el alcohol y suicidios en España desde que comenzó la crisis económica y aumentó el desempleo. El aumento de la tuberculosis y el contagio del VIH, el virus del sida, son parte de los riesgos.
"Durante cinco años, las políticas para hacer frente a la crisis financiera se han centrado casi por completo en indicadores económicos", dijo Martin McKee, profesor de Salud Pública Europea en la London School of Hygiene & Tropical Medicine (LSHTM), que codirigió el estudio.
"Nuestro documento arroja luz sobre la carga de sufrimiento humano que ha seguido a estas políticas", agregó.
Los recortes en el presupuesto nacional de casi el 14% en 2012 se han sumado a la reducción de un 10% del tramo autonómico. Los profesionales reconocen estar "conmocionados" y "desilusionados", y algunos expresaron que temen que "los recortes van a matar gente", según los investigadores.
"Si no se aplican medidas de corrección, esto podría empeorar con el riesgo de aumentos en el VIH y la tuberculosis - como hemos visto en Grecia donde los servicios sanitarios han tenido fuertes recortes - así como del riesgo de un aumento de la resistencia a los medicamentos y la difusión de enfermedades", dijo Helena Legido-Quigley, profesora de Salud Mundial en la LSHTM, que trabajó con McKee.
OTROS ESTUDIOS INCIDEN EN LA MISMA LÍNEA
Los hallazgos en España coinciden con otros estudios en Europa y Norteamérica que hallaron que los recortes presupuestarios han tenido un efecto devastador en la salud, aumentando los suicidios, depresiones y enfermedades infecciosas y reduciendo el acceso a medicinas y cuidados. Uno de ellos fue publicado por The Lancet.
En un libro publicado en abril, los investigadores dijeron que se habían diagnosticado alrededor de 10.000 suicidios y un millón de casos de depresión durante lo que llamaron la "gran recesión" y las medidas de austeridad que llegaron con ella en Europa y Norteamérica.
El estudio del BMJ destacó que España ya tenía uno de los gastos públicos más bajos en su sistema sanitario dentro de la Unión Europea en relación con el PIB. Dijo que los recortes planeados en los fondos para dependencia dedicados a ancianos y discapacitados este año pondrían incluso en más riesgo a estas personas vulnerables.
Otros cambios incluyen la exclusión de inmigrantes ilegales de los servicios sanitarios gratuitos y el pago por parte de los pacientes de tratamientos extra como medicamentos, prótesis o ambulancias.
En Madrid y Cataluña, los recortes han llevado a un plan para privatizar hospitales y centros de salud, mayores tiempos de espera, recortes en los servicios de urgencias y menos procedimientos quirúrgicos, según los investigadores.
 Fuente:
HUFFINGTON POST 13/6/2013

lunes, 10 de junio de 2013

Optimistas. La privatización de la Sanidad pública aparejará inevitablemente la gestión de la salud como negocio

 Optimistas

La privatización de la Sanidad pública aparejará inevitablemente la gestión de la salud como negocio

Almudenas Grandes. El País. 10/6/2013 
Ellos ya saben que si se equivocan, no hay problema. Ahí están sus mentores, los analistas del FMI que han pedido disculpas por hundir a los griegos —¡qué majetes!— y los expertos de Bruselas, que han preferido la estrategia de un niño de cinco años cuando le regaña su maestra.

 Señor, es que yo no sabía, lo he hecho lo mejor que he podido, eso es lo que cuenta, ¿no? Si un país entero, cuya economía apenas representaba el 2% del PIB de la UE, ha sido arrojado al abismo por un error de cálculo sin mala intención, ¿qué les va a pasar a ellos? Pero su optimismo me ha dejado perpleja.

Los sabios —¡ja, ja, ja!— que asesoran al Gobierno sobre la mejor manera de robarnos el dinero que hemos cotizado durante décadas, vinculan el retraso de la jubilación al aumento de la esperanza de vida. ¿Mande? 

Sí, ya he visto los números, la dorada escalera que dibujan hacia una senilidad fecunda y juvenil, pero me gustaría saber cuáles son sus fuentes. Porque si han adoptado como base las cifras y los índices de los últimos años, ya les digo yo, sin ser sabia en nada, que no les van a salir las cuentas.

El progreso no es una línea recta. La privatización de la sanidad pública aparejará inevitablemente la gestión de la salud como negocio.

 Todo lo que no sea imprescindible, se convertirá en superfluo y la prevención, antes que nada. ¿Para qué tratar a los pacientes sanos, con lo caro que salen los diagnósticos que, en la mayoría de los casos, arrojan un resultado negativo? Qué despilfarro. 
Así, cuando en España se suspendan mamografías, ecografías, citologías, analíticas y otras pruebas hoy comunes, la esperanza de vida se acortará sin remedio, porque las enfermedades no se detectarán a tiempo y nos moriremos antes. Que nos hagamos un seguro privado, nos dirán entonces. ¿Y con qué?, pregunto yo. ¿Con la birria de pensión que nos va a quedar?
FUENTE:
 

Salud para todos. Rosa Montero

 Salud para todos

 
Estoy segura de que no soy la única en admirar la valentía de Angelina Jolie. Y no sólo por someterse a esa doble mastectomía (una operación de brutal violencia cuando estás sana y se tienen, como ella, 38 años), sino, sobre todo, por decirlo públicamente, siendo como es uno de los mayores sex-symbol del momento. Podría haberse callado y haber seguido adelante con su carrera, pero ha dinamitado su futuro. A mí no me cabe la menor duda de que ningún productor la volverá a contratar para una superproducción en un papel estándar de “chica-maciza”: temerán que los espectadores piensen todo el rato en su operación. Y las superproducciones de Hollywood no suelen estar hechas para hacer pensar a la gente en temas incómodos. Al contar su situación, Angelina ha escogido convertirse en una guerrera. Siempre mostró su compromiso con diversas causas sociales, y luchar ahora por la prevención del cáncer de mama también es una manera de darle un sentido positivo a su indudable sufrimiento. Quiero decir que siempre es mejor verse como una amazona que como una enferma amputada. Los humanos no escogemos lo que nos sucede, pero sí podemos escoger cómo respondemos a lo que nos sucede, y el caso de Angelina Jolie es emblemático.
Todo esto fue lo primero que sentí. Y también gratitud hacia Angelina, porque en las pocas semanas transcurridas desde su anuncio ya he podido usarla de ejemplo en dos ocasiones ante dos conocidas que han tenido que someterse a una mastectomía. Sí, qué maravilla la visibilidad de Jolie, su normalización, su belleza. Pero luego también pensé en las desigualdades sociales; en cuántas personas en el mundo podrán someterse a esas pruebas detectoras y, después, a la doble operación y a la reconstrucción. Nos cuesta entenderlo, teniendo como tenemos un sistema de salud pública modélico, nuestra joya de la corona en derechos sociales, que hasta ahora ha atendido de la misma manera y con los mismos protocolos al indigente y al rico. Pero en otros países no es así. En Estados Unidos, si no tienes dinero para pagarte un seguro médico lo suficientemente bueno que te cubra la quimio, simplemente no recibes tratamiento para tu cáncer. No sé cuánto habrá mejorado la situación la reforma de Obama, pero me temo que no lo suficiente. Esta desigualdad en la extrema necesidad de la salud siempre me pareció algo inconcebible y repugnante.
Y el caso es, repitámoslo una vez más, que en España estamos ahora a punto de arrojar todo ese inmenso logro social por la borda. Que nos deslizamos hacia la suprema injusticia de los enfermos de primera y de segunda. De hecho ya están empezando a suceder cosas así. Voy a contar un caso sin salirnos del tema.
La desigualdad en la extrema necesidad de la salud siempre me pareció inconcebible”
A L. E. se le detectó un cáncer de mama en agosto de 2011. Debía darse quimio para evitar la recaída, pero, en vista del tipo de tumor, le aconsejaron que se hiciera un test llamado Oncotype, que determina si es realmente necesaria la quimioterapia o no. El test tiene que ser enviado a EE UU y cuesta 3.200 euros. Por entonces no lo cubría de forma general la Seguridad Social, así que, urgida por la angustia, ella pagó con su dinero el test. Los resultados mostraron que el riesgo era bajo y que no precisaba quimio. Todas aquellas personas que hayan sufrido en sus carnes o en las de alguien cercano este tratamiento saben lo durísimo que puede llegar a ser. Ahorrárselo, si es innecesario, es un bien evidente. L. E., mal que bien, pudo pagarse la prueba, pero, ¿cuántas otras mujeres no pudieron permitírsela y sufrieron la quimio de manera superflua?
Tras recuperarse de la operación, L. E. pidió el reembolso de la prueba a la Seguridad Social (SS) por varias razones: primero, porque le parecía “inhumano someter a quimioterapia a una paciente sin necesidad, existiendo una prueba que lo confirma”; segundo, porque una quimioterapia básica cuesta unos 30.000 euros, o sea que la SS podría ahorrar mucho; y tercero, porque a partir de febrero de 2012 ya se estaba aplicando en algunos hospitales, de modo que resultaba injusto que algunas pacientes pudieran disfrutar del test y otras no.
Tras varios meses de espera le denegaron el reembolso; puso un recurso y acaban de volver a rechazarlo. La SS alega que no existía urgencia inmediata ni de carácter vital. No sé, a mí me parece que ahorrarse una quimioterapia inútil es algo de carácter urgente y desde luego vital. L. E. me escribe para pedirme que hable de esta prueba y que diga que tres comunidades la practican, Madrid, Valencia y Cataluña (tanto con el test Oncotype como con otro parecido, Mammaprint), para que así las mujeres en su misma situación puedan pedirla: porque, si está incluida en el Sistema Nacional de Salud en algún lado, todas las pacientes tienen derecho a exigirla. Y yo hago caso a L. E. y escribo sobre ello, mientras siento que nuestro precioso sistema sanitario es un tembloroso castillo de naipes.
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