El sobrepeso. Consecuencias.
La Salud Pública es un tesoro
Deseo que la Salud Pública sea un Derecho Universal, que sea realidad para todas las personas y en todos los lugares de nuestro mundo.
viernes, 14 de junio de 2013
jueves, 13 de junio de 2013
La austeridad pone en riesgo la salud de los españoles y el futuro del sistema sanitario
La austeridad pone en riesgo la salud de los españoles y el futuro del sistema sanitario.
La cura de adelgazamiento va camino de matar al paciente. Los
recortes del gasto público, que el Gobierno justifica pensando en el
bienestar futuro, cuestan vidas. Un nuevo estudio publicado este jueves
alerta de que la austeridad podría conducir al desmantelamiento de
grandes partes del sistema sanitario y a un daño significativo en la
salud de la población.
Los investigadores que analizaron la situación advirtieron de que si
no se hace nada para revertir la tendencia, el país se arriesga a caer
en una espiral de problemas sanitarios que podrían aumentar las
enfermedades infecciosas como la tuberculosis y el virus que causa el
sida.
El estudio, publicado en British medical Journal,
contó con entrevistas con 34 médicos y enfermeras de Cataluña. Las
conclusiones destacan un aumento de las depresiones, trastornos
relacionados con el alcohol y suicidios en España desde que comenzó la
crisis económica y aumentó el desempleo. El aumento de la tuberculosis y
el contagio del VIH, el virus del sida, son parte de los riesgos.
"Durante cinco años, las políticas para hacer frente a la crisis
financiera se han centrado casi por completo en indicadores económicos",
dijo Martin McKee, profesor de Salud Pública Europea en la London
School of Hygiene & Tropical Medicine (LSHTM), que codirigió el
estudio.
"Nuestro documento arroja luz sobre la carga de sufrimiento humano que ha seguido a estas políticas", agregó.
Los recortes en el presupuesto nacional de casi el 14% en 2012 se han
sumado a la reducción de un 10% del tramo autonómico. Los profesionales
reconocen estar "conmocionados" y "desilusionados", y algunos
expresaron que temen que "los recortes van a matar gente", según los
investigadores.
"Si no se aplican medidas de corrección, esto podría empeorar con el
riesgo de aumentos en el VIH y la tuberculosis - como hemos visto en
Grecia donde los servicios sanitarios han tenido fuertes recortes - así
como del riesgo de un aumento de la resistencia a los medicamentos y la
difusión de enfermedades", dijo Helena Legido-Quigley, profesora de
Salud Mundial en la LSHTM, que trabajó con McKee.
OTROS ESTUDIOS INCIDEN EN LA MISMA LÍNEA
Los hallazgos en España coinciden con otros estudios en Europa y
Norteamérica que hallaron que los recortes presupuestarios han tenido un
efecto devastador en la salud, aumentando los suicidios, depresiones y
enfermedades infecciosas y reduciendo el acceso a medicinas y cuidados. Uno de ellos fue publicado por The Lancet.
En un libro publicado en abril, los investigadores dijeron que se
habían diagnosticado alrededor de 10.000 suicidios y un millón de casos
de depresión durante lo que llamaron la "gran recesión" y las medidas de
austeridad que llegaron con ella en Europa y Norteamérica.
El estudio del BMJ destacó que España ya tenía uno de los gastos
públicos más bajos en su sistema sanitario dentro de la Unión Europea en
relación con el PIB. Dijo que los recortes planeados en los fondos para
dependencia dedicados a ancianos y discapacitados este año pondrían
incluso en más riesgo a estas personas vulnerables.
Otros cambios incluyen la exclusión de inmigrantes ilegales de los
servicios sanitarios gratuitos y el pago por parte de los pacientes de
tratamientos extra como medicamentos, prótesis o ambulancias.
En Madrid y Cataluña, los recortes han llevado a un plan para
privatizar hospitales y centros de salud, mayores tiempos de espera,
recortes en los servicios de urgencias y menos procedimientos
quirúrgicos, según los investigadores.
Fuente:
HUFFINGTON POST 13/6/2013
lunes, 10 de junio de 2013
Optimistas. La privatización de la Sanidad pública aparejará inevitablemente la gestión de la salud como negocio
Optimistas
La privatización de la Sanidad pública aparejará inevitablemente la gestión de la salud como negocio
Almudenas Grandes. El País. 10/6/2013
Ellos ya saben que si se equivocan, no hay problema. Ahí están sus
mentores, los analistas del FMI que han pedido disculpas por hundir a
los griegos —¡qué majetes!— y los expertos de Bruselas, que han
preferido la estrategia de un niño de cinco años cuando le regaña su
maestra.
Señor, es que yo no sabía, lo he hecho lo mejor que he podido,
eso es lo que cuenta, ¿no? Si un país entero, cuya economía apenas
representaba el 2% del PIB de la UE, ha sido arrojado al abismo por un
error de cálculo sin mala intención, ¿qué les va a pasar a ellos? Pero
su optimismo me ha dejado perpleja.
Los sabios —¡ja, ja, ja!— que asesoran al Gobierno sobre la mejor
manera de robarnos el dinero que hemos cotizado durante décadas,
vinculan el retraso de la jubilación al aumento de la esperanza de vida.
¿Mande?
Sí, ya he visto los números, la dorada escalera que dibujan
hacia una senilidad fecunda y juvenil, pero me gustaría saber cuáles son
sus fuentes. Porque si han adoptado como base las cifras y los índices
de los últimos años, ya les digo yo, sin ser sabia en nada, que no les
van a salir las cuentas.
El progreso no es una línea recta. La privatización de la sanidad
pública aparejará inevitablemente la gestión de la salud como negocio.
Todo lo que no sea imprescindible, se convertirá en superfluo y la
prevención, antes que nada. ¿Para qué tratar a los pacientes sanos, con
lo caro que salen los diagnósticos que, en la mayoría de los casos,
arrojan un resultado negativo? Qué despilfarro.
Así, cuando en España se
suspendan mamografías, ecografías, citologías, analíticas y otras
pruebas hoy comunes, la esperanza de vida se acortará sin remedio,
porque las enfermedades no se detectarán a tiempo y nos moriremos antes.
Que nos hagamos un seguro privado, nos dirán entonces. ¿Y con qué?,
pregunto yo. ¿Con la birria de pensión que nos va a quedar?
FUENTE:
Salud para todos. Rosa Montero
Estoy segura de que no soy la
única en admirar la valentía de Angelina Jolie. Y no sólo por someterse a
esa doble mastectomía (una operación de brutal violencia cuando estás
sana y se tienen, como ella, 38 años), sino, sobre todo, por decirlo
públicamente, siendo como es uno de los mayores sex-symbol del
momento. Podría haberse callado y haber seguido adelante con su carrera,
pero ha dinamitado su futuro. A mí no me cabe la menor duda de que
ningún productor la volverá a contratar para una superproducción en un
papel estándar de “chica-maciza”: temerán que los espectadores piensen
todo el rato en su operación. Y las superproducciones de Hollywood no suelen
estar hechas para hacer pensar a la gente en temas incómodos. Al contar
su situación, Angelina ha escogido convertirse en una guerrera. Siempre
mostró su compromiso con diversas causas sociales, y luchar ahora por la
prevención del cáncer de mama también es una manera de darle un sentido
positivo a su indudable sufrimiento. Quiero decir que siempre es mejor
verse como una amazona que como una enferma amputada. Los humanos no
escogemos lo que nos sucede, pero sí podemos escoger cómo respondemos a
lo que nos sucede, y el caso de Angelina Jolie es emblemático.
Todo esto fue lo primero que
sentí. Y también gratitud hacia Angelina, porque en las pocas semanas
transcurridas desde su anuncio ya he podido usarla de ejemplo en dos
ocasiones ante dos conocidas que han tenido que someterse a una
mastectomía. Sí, qué maravilla la visibilidad de Jolie, su
normalización, su belleza. Pero luego también pensé en las desigualdades
sociales; en cuántas personas en el mundo podrán someterse a esas
pruebas detectoras y, después, a la doble operación y a la
reconstrucción. Nos cuesta entenderlo, teniendo como tenemos un sistema
de salud pública modélico, nuestra joya de la corona en derechos
sociales, que hasta ahora ha atendido de la misma manera y con los
mismos protocolos al indigente y al rico. Pero en otros países no es
así. En Estados Unidos, si no tienes dinero para pagarte un seguro
médico lo suficientemente bueno que te cubra la quimio,
simplemente no recibes tratamiento para tu cáncer. No sé cuánto habrá
mejorado la situación la reforma de Obama, pero me temo que no lo
suficiente. Esta desigualdad en la extrema necesidad de la salud siempre
me pareció algo inconcebible y repugnante.
Y el caso es, repitámoslo una
vez más, que en España estamos ahora a punto de arrojar todo ese inmenso
logro social por la borda. Que nos deslizamos hacia la suprema
injusticia de los enfermos de primera y de segunda. De hecho ya están
empezando a suceder cosas así. Voy a contar un caso sin salirnos del
tema.
A L. E. se le detectó un cáncer de mama en agosto de 2011. Debía darse quimio
para evitar la recaída, pero, en vista del tipo de tumor, le
aconsejaron que se hiciera un test llamado Oncotype, que determina si es
realmente necesaria la quimioterapia o no. El test tiene que ser
enviado a EE UU y cuesta 3.200 euros. Por entonces no lo cubría de forma
general la Seguridad Social, así que, urgida por la angustia, ella pagó
con su dinero el test. Los resultados mostraron que el riesgo era bajo y
que no precisaba quimio. Todas aquellas personas que hayan
sufrido en sus carnes o en las de alguien cercano este tratamiento saben
lo durísimo que puede llegar a ser. Ahorrárselo, si es innecesario, es
un bien evidente. L. E., mal que bien, pudo pagarse la prueba, pero,
¿cuántas otras mujeres no pudieron permitírsela y sufrieron la quimio de manera superflua?
Tras recuperarse de la
operación, L. E. pidió el reembolso de la prueba a la Seguridad Social
(SS) por varias razones: primero, porque le parecía “inhumano someter a
quimioterapia a una paciente sin necesidad, existiendo una prueba que lo
confirma”; segundo, porque una quimioterapia básica cuesta unos 30.000
euros, o sea que la SS podría ahorrar mucho; y tercero, porque a partir
de febrero de 2012 ya se estaba aplicando en algunos hospitales, de modo
que resultaba injusto que algunas pacientes pudieran disfrutar del test
y otras no.
Tras varios meses de espera le denegaron el reembolso; puso un
recurso y acaban de volver a rechazarlo. La SS alega que no existía
urgencia inmediata ni de carácter vital. No sé, a mí me parece que
ahorrarse una quimioterapia inútil es algo de carácter urgente y desde
luego vital. L. E. me escribe para pedirme que hable de esta prueba y
que diga que tres comunidades la practican, Madrid, Valencia y Cataluña
(tanto con el test Oncotype como con otro parecido, Mammaprint), para
que así las mujeres en su misma situación puedan pedirla: porque, si
está incluida en el Sistema Nacional de Salud en algún lado, todas las
pacientes tienen derecho a exigirla. Y yo hago caso a L. E. y escribo
sobre ello, mientras siento que nuestro precioso sistema sanitario es un
tembloroso castillo de naipes.
FUENTE:
domingo, 9 de junio de 2013
sábado, 8 de junio de 2013
miércoles, 29 de mayo de 2013
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